El Valor de la Consistencia. Lecciones para impactar vidas

Veo entonces que lo valioso de la vida no es andar por ella; creo que lo valioso es al final de ella dejar huellas visibles y profundas que otros puedan seguir. Frederick Clark

Durante la llamada  Era Paleoproterozoica de nuestro planeta, hace 2.4 mil millones de años, ocurrió el Gran Evento de Oxidación o simplemente Gran Oxidación, la culminación de un proceso biológico que permitió que hoy tengamos los niveles de oxígeno que nos permiten existir. Unos pequeños microbios, conocidos como cianobacterias hacían lo mismo que todos los días;  absorber CO2 y liberar Oxígeno molecular (O2) como desecho. Hicieron lo mismo todos los días de forma consistente durante 300 millones de años. Esa acumulación de oxigeno sumada a otros eventos que ocurrieron provocaron la rápida acumulación de Oxígeno y con ello, la proliferación de la vida como la conocemos hoy, incluidos nosotros, los humanos. Pequeñas acciones al parecer insignificantes, pero consistentes de parte de organismos al parecer insignificantes, pero aferrados a la vida, determinaron la forma predominante de vida en nuestro planeta.

Ello me hace sentir una profunda humildad y aprender una gran lección al contemplar el logro de una pequeña bacteria que con su actividad de consumo energético diario y su multiplicación y dispersión transformaron su mundo en el nuestro. Miles de otras especies anaerobias desaparecieron porque el oxigeno les era tóxico, pero a la vez crearon las bases de un mundo mejor; la multicelularidad.

Veo entonces que lo valioso de la vida no es andar por ella; creo que lo valioso es al final de ella dejar huellas visibles y profundas que otros puedan seguir.

Te has preguntado, ¿vivo solo para vivir y disfrutar? ¿Estoy dejando huellas profundas y visibles que otros puedan seguir? ¿Es la vida de alguien mejor porque existo? Cuando muera, ¿solo habré sido una estadística demográfica? ¿Conducen mis acciones a marcar una diferencia?